Cuidados y recomendaciones | 04 SEP 12
El asma es una enfermedad frecuente. La padece entre el 3 y 6 % de la
población y se caracteriza por la obstrucción generalizada de los
pequeños bronquios lo cual provoca dificultad respiratoria. Se produce
debido a una inflamación crónica de la vía aérea en pacientes con
cierta predisposición genética. Esta obstrucción puede ser desde leve
hasta severa, poniendo en riesgo en este caso la vida del paciente.
“La gran mayoría de las pacientes embarazadas pueden respirar sin
inconvenientes, realizando un tratamiento adecuado para su asma,
llevando un embarazo normal y teniendo un bebé sano como la mayoría de
las mujeres no asmáticas. Las pacientes asmáticas que se han embarazado
deben continuar con su tratamiento para el asma. Suspender en forma
brusca la medicación puede llevar a aumentar la hiperreactividad
bronquial y desencadenar crisis asmáticas con potencial daño para el
bebé y ellas mismas.”, explica el Dr. Juan Arturo Precerutti, Director
de la Sección Neumonología Clínica y Crítica de la Asociación Argentina
de Medicina Respiratoria (AAMR) y Jefe de la Sección Neumonología del
Hospital Italiano de Buenos Aires.
Es variable. Un tercio de las pacientes asmáticas que se embarazan
mejoran su asma, un tercio continúa con el mismo nivel y un tercio
empeora. En general el asma suele comportarse de igual manera en
embarazos posteriores.
En aquellas que el asma empeora es de esperar mayor número de crisis
en especial entre las 17 y 24 semanas, siendo menores en el último mes.
En general durante el parto no empeora el asma.
¿Cuáles son los riesgos de un asma mal controlado durante el embarazo?
Comparado con mujeres no asmáticas, el mal manejo del asma se asocia a
parto prematuro, bajo peso, mayor número de cesáreas e hipertensión en
la madre. Un asma bien manejado reduce sustancialmente estos riesgos.
Utilizar correctamente la medicación de sostén indicada por su
médico. Evitar posibles desencadenantes (alérgicos como: pelo de
mascotas, polvo hogareño, plumas. Frio, ejercicio, entre otros).
Prevenir infecciones (vacuna gripe). NO fumar (activo o pasivo: pedir a
familiares o amigos que no fumen delante de la paciente).
La medicación utilizada para tratar el asma durante el embarazo es similar a la utilizada habitualmente. En general se recomienda la medicación inhalatoria ya que se
administran dosis muy bajas de medicación con menos posibilidad de
efectos nocivos.
Es imposible asegurar que estas drogas son completamente seguras en
el embarazo, pero éstas han sido usadas durante años mostrando que
acarrean escaso o nulo riesgo a la madre o el bebé. Además es mucho
mayor el riesgo de no controlar al asma durante el embarazo con las
posibles consecuencias que puedan tener un ataque severo sobre la madre o
el bebé que la escasa posibilidad de tener algún efecto adverso.
Tanto durante el trabajo de parto como durante el mismo la paciente
asmática debe seguir recibiendo su medicación como hasta ese momento. Lo
mismo debe hacerse durante el puerperio, aunque hay que estar atentos
ya que algunas pacientes pueden empeorar debido a los cambios
fisiológicos que suceden.
Durante el amamantamiento no hay inconvenientes para utilizar los
broncodilatadores u corticoides inhalados. En cambio la teofilina no
debe usarse pues puede producir irritación en el bebé.
*Asesoró Dr. Juan Arturo Precerutti, Director de la Sección Neumonología Clínica y Crítica de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Jefe de la Sección Neumonología del Hospital Italiano de Buenos Aires. Director del Departamento Académico de Medicina Interna del Instituto Universitario del Hospital Italiano (IUHI). Profesor Titular del Departamento de Medicina Interna (IUHI). Director de la Carrera de Especialista en Neumonología (IUHI).
0 comentarios:
Publicar un comentario